miércoles, 4 de agosto de 2010

Autobronceadores

Hay tres productos relacionados directamente con el verano: los exfoliantes, los autobronceadores y las cremas protectoras de sol.



¿Qué debemos saber de los autobronceadores?

Respecto a los autobronceadores el principio activo es una sustancia natural, pero no el resto de ingredientes. La mayoría contiene dihidroxiacetona (DHA), un hidrato de carbono simple, incoloro, descubierto en 1920 en Alemania, que se obtiene de la remolacha azucarera, de la caña de azúcar y del aceite de palma. La DHA, que se considera un ingrediente aceptable para la cosmética natural certificada, tiene la capacidad de reaccionar con los aminoácidos presentes en las células muertas de la superficie de la piel. Los pigmentos resultantes se denominan melanoidinas, que son similares en color a la melanina, la sustancia natural que se halla en capas más profundas de la piel y que es responsable del bronceado natural al exponerse a los rayos solares.


El efecto de la DHA empieza tras la aplicación y produce el moreno en unas horas. Pero como las células de la capa exterior de la piel se renuevan constantemente, el moreno desaparece en diez días si no se realizan más aplicaciones.
Los autobronceadores actuales contienen entre 3% y un 5% de DHA. La mayoría de los expertos la consideran una sustancia razonablemente segura, pero no está exenta de problemas. El más preocupante es que, si tras la aplicación de la crema se expone la piel al sol, se multiplica la generación de radicales libres, agentes asociados al envejecimiento prematuro y a las enfermedades degenerativas. Por otra parte, si se somete la crema a un calor excesivo o se almacena durante mucho tiempo, puede provocar la aparición del cancerígeno, irritante y alergénico formaldehído.


Otro agente bronceador menos utilizado es la eritrulosa, de efecto más lento que la DHA, pero más duradero y químicamente más estable. El problema es que la eritrulosa es cinco veces más cara y los fabricantes convencionales la utilizan principalmente en productos para el rostro.
Por otra parte, las cremas contienen ingredientes problemáticos que son frecuentemente utilizados en todo tipo de productos por parte de la industria de la cosmética y la higiene personal. Los polietilenglicoles y su derivados, por ejemplo, aumentan la permeabilidad de la piel a todo tipo de sustancias. El dietilftalato (DEP) y algunos filtros solares químicos, que pueden comportarse como hormonas femeninas, traspasan la piel y pueden llegar incluso hasta la leche materna y acumularse en el tejido corporal graso.



Es importante mantener las cremas en un lugar fresco y consumirlas en un periodo de tiempo corto. Así, se evita la formación de sustancias peligrosas como el formaldehído.
Antes de aplicarlas, conviene realizar una exfoliación para eliminar células muertas, de manera que el bronceado resulte uniforme y lo más duradero posible. También puede resultar de ayuda extender previamente una crema hidratante.
En las zonas donde la piel es más gruesa, como codos y rodillas, hay que aplicar menos cantidad de crema. Por otra parte, no hay que olvidar que estas cremas no contienen filtros solares. De hecho, no conviene exponerse al sol mientras se utilizan.

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