martes, 3 de agosto de 2010

Detergentes

Son preferibles los limpiadores multiusos y con ingredientes no petrolíferos. Con cada detergente, está su envase contaminante de plástico.

Existen alternativas “naturales”, como la pastilla de jabón de tipo piedra blanca. Este producto está compuesto por arcilla blanca micronizada, copos de jabón, grasas vegetales, sodio y aceite de limón. Es biodegradable, pero hay opiniones contradictorias entre los usuarios sobre su eficacia en todo tipo de superficies.

También el agua con vinagre y limón, el remedio de la abuela, pero no siempre es eficaz en las zonas muy sucias, aunque quita bastante bien el óxido.

¿De dónde viene el “poder” de un detergente?

La potencia de una fórmula depende esencialmente de los ingredientes tensioactivos, que actualmente deben ser biogradables por ley. Los compuestos más problemáticos son los perfumes, que pueden alterar el sistema hormonal, así como los conservantes sintéticos, como el methylchloroisothiazolin, que desencadena alergias e irritaciones. Por eso, a algunas personas le salen eccemas o irritaciones cuando usan suavizante, que puede contenerlo con más facilidad.

Algunos, como los derivados del formaldehído, están bajo sospecha de producir cáncer. El formaldehído también se encuentra en los esmaltes de los muebles y paredes, y cierto tipo de plantas , como la Cyntha o “mala madre”, ayudan a eliminarlo del ambiente.

Para reducir los riesgos para la salud y el entorno se recomienda elegir el producto con la lista de ingredientes más corta y utilizar dosis menores a las recomendadas por el fabricante. Los detergentes líquidos se diluyen mejor, y son más “sanos” tanto para la lavadora, como el deseagüe.

¿A que detergentes recurrir?

Los detergentes más ecológicos, además de degradarse, evitan cualquier efecto tóxico en medios acuáticos, buscan la máxima seguridad para la salud y renuncian a las materias primas derivadas de la industria del petróleo.

También se me puede recurrir a un detergente específico que nos guste y utilizarlo como un multiusos. Los lavavajillas contienen una proporción alta de tensioactivos y puede utilizarse en todas las superficies de la cocina y el baño diluyéndolo en abundante agua.

Sin embargo, los productos con algún aval ecológico son preferibles. Los que muestran la flor ecológica europea están sometidos a normas más estrictas*. Por otra parte, las marcas ecológicas tradicionales, como Almacabio, Ecover, Eco Lino, Ulrich o Urtekram fabrican los detergentes menos lesivos para el entorno gracias al uso de ingredientes de origen vegetal en lugar de derivados del petróleo.

Desde 2004, existe una normativa europea que aumenta la exigencia de biodegradabilidad de los ingredientes tensioactivos. Además, la nueva regulación mejoró la protección de los consumidores: los fabricantes están obligados a declarar los componentes que pueden provocar alergias –a menudo son los perfumes– y a ofrecer el listado completo a través de internet. No obstante, los detergentes convencionales no son aún completamente seguros para el entorno y la salud.




* Emplean, por ejemplo, menos sustancias que puedan resultar tóxicas para los organismos acuáticos. Tampoco recurren al sulfanato de alquil benceno lineal (LAS), una sustancia que no se degrada totalmente y que todavía se emplea en concentraciones importantes en los detergentes sin etiqueta ecológica.

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